Afiliación masiva
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Para acceder a los beneficios, los funcionarios estaban condicionados explícita o implícitamente a la afiliación al Partido Colorado. »Más
Ya desde la presidencia de Federico Chaves (1949-1954) se exigió la afiliación al Partido Colorado a los postulantes al Colegio Militar. »Más
Los miembros de sindicatos, gremios empresariales y centros estudiantiles colorados se sumaban al sistema de vigilancia, delación y represión de toda la sociedad. »Más
Gremios como la Central Paraguaya de Trabajadores (CPT) fueron tomados por colorados que respondían al Gobierno. Es así como la organización decidió seguir reivindicando los derechos de los trabajadores, pero desde el exilio. »Más
Afiliación masiva
El Partido Colorado y el sistema clientelar
El Partido Colorado fue fundado en 1887. Desde 1947 fue partido de gobierno, incluyendo los 35 años de la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989). Desde entonces, funcionarios públicos empezaron a utilizar los recursos estatales para beneficiar a sus correligionarios y amigos a cambio de su apoyo en votaciones o como cómplices en actos de corrupción, lo que se conoce como sistema clientelista. Por institucionalizar la corrupción y facilitar su estructura para la represión contra la sociedad, el Informe Final de la Comisión de Verdad y Justicia encuentra al Partido Colorado responsable directo de la perpetuación de la dictadura y sus atrocidades. Para acceder a los beneficios, los funcionarios estaban condicionados explícita o implícitamente a la afiliación al Partido Colorado. Y la afiliación al partido de gobierno se volvió necesaria y no siempre respondía a una decisión libre y voluntaria. La mayoría de los funcionarios públicos, como policías, enfermeras, maestros, jueces y fiscales eran colorados. Esta decisión se tomaba para evitar discriminaciones, como forma de protección, para evitar levantar sospechas o para acceder a logros asociados a ello.
La afiliación de las Fuerzas Armadas
Ya desde la presidencia de Federico Chaves (1949-1954) se exigió la afiliación al Partido Colorado a los postulantes al Colegio Militar. Por lo tanto, la coloradización se había iniciado desde antes del inicio de la dictadura stronista, pero la presencia de elementos del ejército complotados con el plan de los liberales a ser desarrollado el 4 de noviembre de 1956, le permitió identificar al régimen que existían sectores en las Fuerzas Armadas que no le eran leales a él ni al partido de gobierno. A partir de ese caso, se acrecentó el control del origen de los ciudadanos que pretendían ingresar al Colegio Militar, no ciñéndose exclusivamente a que el interesado sea afiliado al partido, sino que provenga de una familia de tradición colorada, con lo cual pretendían asegurar una mayor lealtad al gobierno y al partido que le daba sustento político.
Todos sospechaban de todos: cualquiera podría ser “pyrague”
El clientelismo también sirvió como máquina de control para la represión. Los miembros de sindicatos, gremios empresariales y centros estudiantiles colorados se sumaban al sistema de vigilancia, delación y represión de toda la sociedad. Las seccionales, sus presidentes y miembros agredían a manifestantes en plazas públicas, universidades o en plena calle. Además, trabajaban como delatores, más conocidos como “pyrague”. Muchos ciudadanos no hablaban de política en clubes sociales, o en reuniones de profesionales por temor a ser delatados por los pyrague. Colorados infiltrados delataban a amigos, familiares o colegas ante las autoridades. Concluyendo, Alfredo Stroessner y el Partido Colorado concentraron casi todo el poder militar, político, económico e ideológico en el país por tanto tiempo. Mantener una opinión diferente sobre el régimen o activar en otro partido implicaba correr el riesgo de ser acosado, intimidado y humillado hasta el punto de sufrir daños sicológicos o ser maltratado físicamente. Los gremios empresariales, estudiantiles y profesionales también fueron ocupados por colorados fieles al régimen. Esta práctica se institucionalizó y fue asumida por las autoridades y su aplicación era generalizada.
Sin afiliación no hay trabajo
En las zonas urbanas se requería la afiliación para trabajar en instituciones públicas, obtener becas de estudio, participar en licitaciones públicas; dirigir sindicatos, gremios empresariales o profesionales. En conflictos judiciales, ayudaba a obtener resoluciones positivas. En el campo, era condición para ser beneficiado con la reforma agraria. Existen numerosos casos documentados en el Informe de la Comisión de Verdad y Justicia de personas que no pudieron terminar el colegio o la universidad, no fueron atendidos en centros de salud, no pudieron ocupar cargos públicos o académicos por no ser colorados. Gremios como la Central Paraguaya de Trabajadores (CPT) fueron tomados por colorados que respondían al Gobierno. Es así como la organización decidió seguir reivindicando los derechos de los trabajadores, pero desde el exilio. El partido monopolizó los servicios que el Estado debía brindar al ciudadano, sin discriminaciones por razones políticas. El modelo del régimen stronista, por el contrario, supuso durante años una identificación del Estado con el Partido Colorado, y de ser ciudadano con la afiliación colorada.
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El Partido Colorado y el sistema clientelar
La afiliación de las Fuerzas Armadas
Todos sospechaban de todos: cualquiera podría ser “pyrague”
Sin afiliación no hay trabajo
Afiliación masiva
Afiliación masiva
Afiliación masiva
El Partido Colorado y el sistema clientelar
El Partido Colorado fue fundado en 1887. Desde 1947 fue partido de gobierno, incluyendo los 35 años de la dictadura de Alfredo Stroessner (1954-1989). Desde entonces, funcionarios públicos empezaron a utilizar los recursos estatales para beneficiar a sus correligionarios y amigos a cambio de su apoyo en votaciones o como cómplices en actos de corrupción, lo que se conoce como sistema clientelista. Por institucionalizar la corrupción y facilitar su estructura para la represión contra la sociedad, el Informe Final de la Comisión de Verdad y Justicia encuentra al Partido Colorado responsable directo de la perpetuación de la dictadura y sus atrocidades. Para acceder a los beneficios, los funcionarios estaban condicionados explícita o implícitamente a la afiliación al Partido Colorado. Y la afiliación al partido de gobierno se volvió necesaria y no siempre respondía a una decisión libre y voluntaria. La mayoría de los funcionarios públicos, como policías, enfermeras, maestros, jueces y fiscales eran colorados. Esta decisión se tomaba para evitar discriminaciones, como forma de protección, para evitar levantar sospechas o para acceder a logros asociados a ello.
Afiliación masiva
La afiliación de las Fuerzas Armadas
Ya desde la presidencia de Federico Chaves (1949-1954) se exigió la afiliación al Partido Colorado a los postulantes al Colegio Militar. Por lo tanto, la coloradización se había iniciado desde antes del inicio de la dictadura stronista, pero la presencia de elementos del ejército complotados con el plan de los liberales a ser desarrollado el 4 de noviembre de 1956, le permitió identificar al régimen que existían sectores en las Fuerzas Armadas que no le eran leales a él ni al partido de gobierno. A partir de ese caso, se acrecentó el control del origen de los ciudadanos que pretendían ingresar al Colegio Militar, no ciñéndose exclusivamente a que el interesado sea afiliado al partido, sino que provenga de una familia de tradición colorada, con lo cual pretendían asegurar una mayor lealtad al gobierno y al partido que le daba sustento político.
Afiliación masiva
Todos sospechaban de todos: cualquiera podría ser “pyrague”
El clientelismo también sirvió como máquina de control para la represión. Los miembros de sindicatos, gremios empresariales y centros estudiantiles colorados se sumaban al sistema de vigilancia, delación y represión de toda la sociedad. Las seccionales, sus presidentes y miembros agredían a manifestantes en plazas públicas, universidades o en plena calle. Además, trabajaban como delatores, más conocidos como “pyrague”. Muchos ciudadanos no hablaban de política en clubes sociales, o en reuniones de profesionales por temor a ser delatados por los pyrague. Colorados infiltrados delataban a amigos, familiares o colegas ante las autoridades. Concluyendo, Alfredo Stroessner y el Partido Colorado concentraron casi todo el poder militar, político, económico e ideológico en el país por tanto tiempo. Mantener una opinión diferente sobre el régimen o activar en otro partido implicaba correr el riesgo de ser acosado, intimidado y humillado hasta el punto de sufrir daños sicológicos o ser maltratado físicamente. Los gremios empresariales, estudiantiles y profesionales también fueron ocupados por colorados fieles al régimen. Esta práctica se institucionalizó y fue asumida por las autoridades y su aplicación era generalizada.
Afiliación masiva
Sin afiliación no hay trabajo
En las zonas urbanas se requería la afiliación para trabajar en instituciones públicas, obtener becas de estudio, participar en licitaciones públicas; dirigir sindicatos, gremios empresariales o profesionales. En conflictos judiciales, ayudaba a obtener resoluciones positivas. En el campo, era condición para ser beneficiado con la reforma agraria. Existen numerosos casos documentados en el Informe de la Comisión de Verdad y Justicia de personas que no pudieron terminar el colegio o la universidad, no fueron atendidos en centros de salud, no pudieron ocupar cargos públicos o académicos por no ser colorados. Gremios como la Central Paraguaya de Trabajadores (CPT) fueron tomados por colorados que respondían al Gobierno. Es así como la organización decidió seguir reivindicando los derechos de los trabajadores, pero desde el exilio. El partido monopolizó los servicios que el Estado debía brindar al ciudadano, sin discriminaciones por razones políticas. El modelo del régimen stronista, por el contrario, supuso durante años una identificación del Estado con el Partido Colorado, y de ser ciudadano con la afiliación colorada.

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