Cambios políticos
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El inicio de cambios políticos
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Después de la Guerra del Chaco (1932-1935) el Paraguay abandonó el
liberalismo, cuyo marco fue la Constitución de 1870. La guerra con Bolivia
movilizó a la mayoría de las fuerzas cívicas en la defensa nacional y
permitió una tregua de los reclamos sociales y del descontento político
hacia el gobierno liberal. Paralelamente, se daban grandes cambios
políticos e ideológicos a nivel mundial: el sistema liberal entró en crisis,
se consolidó la Unión Soviética, algunos países tenían ya regímenes
nazi-fascistas (Alemania, Italia), y en otros se instauraron gobiernos con
mayor control e intervención en la economía, como en los Estados Unidos,
Inglaterra o Francia.
Las ideologías imperantes
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A nivel ideológico el sistema liberal entró en crisis en 1929 y durante todo el interregno entre la Primera y la Segunda Guerra Mundial fue interpelado por ideologías de
izquierda, como el socialismo científico, y de derecha, como el nazismo y el fascismo.
Durante la emergencia y consolidación de la dictadura de Stroessner la política exterior norteamericana en el continente americano se basó en la contención del comunismo, propia de la Guerra Fría, justificada quizá respecto a otros países donde el poder podía desplazarse hacia la izquierda, pero no respecto al Paraguay, donde el inexistente “peligro rojo” era recreado por el gobierno para obtener ayuda norteamericana.
Antecedentes del proceso político paraguayo
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Antecedentes ineludibles para comprender el proceso político paraguayo que desembocó dos décadas después en el régimen de Stroessner constituyeron la Guerra del Chaco y la revolución de febrero de 1936, que marcaron el inicio de la hegemonía militar, que se mantuvo en el Paraguay hasta 1989.
El 17 de febrero de 1936 una rebelión de dos regimientos de la Caballería y la Marina derrocó al presidente Eusebio Ayala. Se estableció un gobierno revolucionario y nacionalista, en consonancia con los movimientos de la época. El ejército libertador derogó la Constitución de 1870, sosteniendo el derecho del ejército –autoproclamándose “el pueblo en armas”– a ejercer la soberanía nacional. El “gobierno revolucionario” legó a los gobiernos posteriores instrumentos jurídicos para la represión política, que fueron empleados en las décadas siguientes.
La matriz de la forma estatal autoritaria militar que se desarrollará hasta 1989 tuvo inicio con el Decreto-Ley N°152 de 1936, de Defensa de la Paz Pública.