La Comisión de Verdad y Justicia del Paraguay considera el exilio como un efecto o consecuencia de actos ilícitos cometidos por el Estado. Es una arbitrariedad y violación de la libertad de residencia y de tránsito. »Más
El régimen de Stroessner negó sistemáticamente el pasaporte a personas con posiciones críticas al Gobierno; confinó a individuos a lugares apartados del interior de la República. »Más
En términos cualitativos, los más de 30 años de la dictadura de Alfredo Stroessner ameritan establecer una diferenciación de los mismos en tres períodos significativos para el análisis del exilio como violación de derechos humanos. »Más
La frecuencia y el número de exiliados durante la era Stroessner permiten considerar al exilio como una política de Estado para la reducción del adversario político. »Más
La resistencia de la Iglesia Católica también mereció la expulsión por parte del régimen stronista. »Más
A pesar de la imposibilidad de desarrollar acciones concretas para el retorno, los exiliados realizaron denuncias ante los organismos internacionales e integraron organizaciones de lucha por los derechos humanos. »Más
Durante el año 1981 habían sido expulsados del país el combativo dirigente de la Democracia Cristiana Lic. Luis Alfonso Resck. »Más
El destierro como escarmiento
La Comisión de Verdad y Justicia del Paraguay considera al exilio como un efecto o consecuencia de actos ilícitos cometidos por el Estado. Es una arbitrariedad y violación de la libertad de residencia y de tránsito. La persecución fue explícita por razones político-partidarias con preeminencia de la acusación de “comunista” o “contrera” para quienes se oponían activamente al régimen. El exilio es un hecho de violación de los derechos humanos cometido por el Estado contra sus nacionales, en virtud del cual, por actos y omisiones del poder público, la persona o grupo de personas es puesto fuera de las fronteras de su país de origen, debiendo permanecer en territorio extranjero contra su voluntad, por razones de índole político-ideológica.
Los críticos de Stroessner
El régimen de Stroessner negó sistemáticamente el pasaporte a personas con posiciones críticas al gobierno; confinó a individuos a lugares apartados del interior de la República; obligó a personas a residir dentro de un territorio limitado por las autoridades; no permitió la libre circulación de las personas ni la entrada al país a nacionales; y expulsó en forma arbitraria de nacionales y extranjeros, sin procesos legales.
Los periodos más significativos
En términos cualitativos, los más de 30 años de la dictadura de Alfredo Stroessner ameritan establecer una diferenciación de los mismos en tres períodos significativos para el análisis del exilio como violación de derechos humanos, a saber: un primer período de instauración y consolidación del régimen (1954-1966); un período de apogeo y cooptación (1967-1981) y un tercer período de decadencia (1982-1989). No obstante, a partir de la primera etapa del período stronista el exilio aumenta en masividad, prolongación temporal e irreversibilidad por la prohibición absoluta del retorno so pena de encarcelamiento, tortura y muerte, que obliga a los exiliados del primer período a permanecer durante más de tres décadas fuera del Paraguay. Los hechos de exilio durante la primera etapa del régimen tienen un agravante: al tiempo de que son los más elevados numéricamente, son también los más prolongados temporalmente, por lo que no solo perpetúan las violaciones de derechos humanos sino que además las prolongan a generaciones sucesivas alcanzando a hijos y nietos de una misma familia nuclear, sobre los que pesa la acusación y/o sospecha de pertenencia partidaria familiar, constituyéndose en episodios de exilio permanente.
La expulsión de miles de paraguayos disidentes
La frecuencia y el número de exiliados durante la era Stroessner permiten considerar al exilio como una política de Estado para la reducción del adversario político. En el grupo de los perseguidos también se incluye a la cúpula militar adversaria y sus seguidores, conformada por muchos veteranos de la Guerra del Chaco (1932-1935) como los empleados y funcionarios públicos que se negaran a afiliarse al Partido Colorado, que comprende la dirigencia, los militantes y simpatizantes de los partidos opositores, especialmente las organizaciones juveniles de base, de los partidos Liberal, Revolucionario Febrerista, Comunista y Colorado disidente. El exilio afectó a otros sectores sociales considerados de oposición. Por ejemplo, la persecución se dio contra algunos sectores de la Iglesia Católica, cuyo episodio de exilio en este período más resonante en los medios fue la expulsión del sacerdote católico Ramón Talavera; al movimiento obrero, como el de los dirigentes de la Central Paraguaya de los Trabajadores (CPT), Julio Etcheverry y Heriberto Verganza.
La resistencia desde los altares también fue expulsada del país
La resistencia de la Iglesia Católica también mereció la expulsión por parte del régimen stronista. Los sucesos más significativos de este período del Paraguay son la detención y expulsión del sacerdote Francisco de Paula Oliva en 1969; la intervención al Colegio Cristo Rey, la expulsión de los sacerdotes Caravias, Barreto y Bartomeu Melià. La perpetuación en el tiempo del régimen y la consecuente prohibición del retorno al Paraguay producen el asentamiento de los exiliados del primer período (conformación de familias, adquisición de bienes, inserción laboral) en el exterior a la vez que consolida las consecuencias del desarraigo.
Paraguayos en el exilio soñaban con volver al país
No obstante, los exiliados paraguayos no abandonaron la idea del regreso, se consolidó una red social de ellos, principalmente en Argentina, Brasil y Uruguay, que a su vez se generaron organizaciones sociales como clubes, casas paraguayas y asociaciones que facilitaron el ingreso y permanencia de los nuevos contingentes de exiliados paraguayos y mantuvieron una importante actividad política. A pesar de la imposibilidad de desarrollar acciones concretas para el retorno, los exiliados realizaron denuncias ante los organismos internacionales e integraron organizaciones de lucha por los derechos humanos en todos los países donde se encuentran, ya que la proliferación de dictaduras en el Cono Sur produjo para muchos exiliados paraguayos nuevos episodios de persecución política en el país de residencia y como consecuencia un nuevo desplazamiento, principalmente hacia Europa y Estados Unidos.
Exilio de dirigentes políticos
Durante el año 1981 habían sido expulsados del país el combativo dirigente de la Democracia Cristiana Lic. Luis Alfonso Resck, el escritor paraguayo Augusto Roa Bastos y el dirigente del PLRA Hermes Rafael Saguier. El 14 de diciembre de 1982 fue expulsado el dirigente del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), que no se encontraba reconocido legalmente por el Gobierno Stronista. Laíno había escrito un libro titulado El General Comerciante, en referencia al dictado nicaragüense Anastasio Somoza. Todos los ejemplares del libro fueron secuestrados por la Policía y el dirigente liberal fue expulsado a la Argentina. Fueron detenidos además Enrique Velilla, propietario de la imprenta en que se imprimieron los libros, entre otros dirigentes liberales que fueron acusados de formular pintatas a favor del regreso del Dr. Laíno. Los domicilios de dos importantes dirigentes del PLRA fueron allanados, el del Dr. Juan Manuel Benítez Florentín y el Dr. Miguel Abdón Saguier, quienes estuvieron demorados por 24 horas en dependencias policiales.
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El destierro como escarmiento
Los críticos de Stroessner
Los periodos más significativos
La expulsión de miles de paraguayos disidentes
La resistencia desde los altares también fue expulsada del país
Paraguayos en el exilio soñaban con volver al país
Exilio de dirigentes políticos
Exilio
El destierro como escarmiento
La Comisión de Verdad y Justicia del Paraguay considera al exilio como un efecto o consecuencia de actos ilícitos cometidos por el Estado. Es una arbitrariedad y violación de la libertad de residencia y de tránsito. La persecución fue explícita por razones político-partidarias con preeminencia de la acusación de “comunista” o “contrera” para quienes se oponían activamente al régimen. El exilio es un hecho de violación de los derechos humanos cometido por el Estado contra sus nacionales, en virtud del cual, por actos y omisiones del poder público, la persona o grupo de personas es puesto fuera de las fronteras de su país de origen, debiendo permanecer en territorio extranjero contra su voluntad, por razones de índole político-ideológica.
Exilio
Los críticos de Stroessner
El régimen de Stroessner negó sistemáticamente el pasaporte a personas con posiciones críticas al gobierno; confinó a individuos a lugares apartados del interior de la República; obligó a personas a residir dentro de un territorio limitado por las autoridades; no permitió la libre circulación de las personas ni la entrada al país a nacionales; y expulsó en forma arbitraria de nacionales y extranjeros, sin procesos legales.
Exilio
Los periodos más significativos
En términos cualitativos, los más de 30 años de la dictadura de Alfredo Stroessner ameritan establecer una diferenciación de los mismos en tres períodos significativos para el análisis del exilio como violación de derechos humanos, a saber: un primer período de instauración y consolidación del régimen (1954-1966); un período de apogeo y cooptación (1967-1981) y un tercer período de decadencia (1982-1989). No obstante, a partir de la primera etapa del período stronista el exilio aumenta en masividad, prolongación temporal e irreversibilidad por la prohibición absoluta del retorno so pena de encarcelamiento, tortura y muerte, que obliga a los exiliados del primer período a permanecer durante más de tres décadas fuera del Paraguay. Los hechos de exilio durante la primera etapa del régimen tienen un agravante: al tiempo de que son los más elevados numéricamente, son también los más prolongados temporalmente, por lo que no solo perpetúan las violaciones de derechos humanos sino que además las prolongan a generaciones sucesivas alcanzando a hijos y nietos de una misma familia nuclear, sobre los que pesa la acusación y/o sospecha de pertenencia partidaria familiar, constituyéndose en episodios de exilio permanente.
Exilio
La expulsión de miles de paraguayos disidentes
La frecuencia y el número de exiliados durante la era Stroessner permiten considerar al exilio como una política de Estado para la reducción del adversario político. En el grupo de los perseguidos también se incluye a la cúpula militar adversaria y sus seguidores, conformada por muchos veteranos de la Guerra del Chaco (1932-1935) como los empleados y funcionarios públicos que se negaran a afiliarse al Partido Colorado, que comprende la dirigencia, los militantes y simpatizantes de los partidos opositores, especialmente las organizaciones juveniles de base, de los partidos Liberal, Revolucionario Febrerista, Comunista y Colorado disidente. El exilio afectó a otros sectores sociales considerados de oposición. Por ejemplo, la persecución se dio contra algunos sectores de la Iglesia Católica, cuyo episodio de exilio en este período más resonante en los medios fue la expulsión del sacerdote católico Ramón Talavera; al movimiento obrero, como el de los dirigentes de la Central Paraguaya de los Trabajadores (CPT), Julio Etcheverry y Heriberto Verganza.
Exilio
La resistencia desde los altares también fue expulsada del país
La resistencia de la Iglesia Católica también mereció la expulsión por parte del régimen stronista. Los sucesos más significativos de este período del Paraguay son la detención y expulsión del sacerdote Francisco de Paula Oliva en 1969; la intervención al Colegio Cristo Rey, la expulsión de los sacerdotes Caravias, Barreto y Bartomeu Melià. La perpetuación en el tiempo del régimen y la consecuente prohibición del retorno al Paraguay producen el asentamiento de los exiliados del primer período (conformación de familias, adquisición de bienes, inserción laboral) en el exterior a la vez que consolida las consecuencias del desarraigo.
Exilio
Paraguayos en el exilio soñaban con volver al país
No obstante, los exiliados paraguayos no abandonaron la idea del regreso, se consolidó una red social de ellos, principalmente en Argentina, Brasil y Uruguay, que a su vez se generaron organizaciones sociales como clubes, casas paraguayas y asociaciones que facilitaron el ingreso y permanencia de los nuevos contingentes de exiliados paraguayos y mantuvieron una importante actividad política. A pesar de la imposibilidad de desarrollar acciones concretas para el retorno, los exiliados realizaron denuncias ante los organismos internacionales e integraron organizaciones de lucha por los derechos humanos en todos los países donde se encuentran, ya que la proliferación de dictaduras en el Cono Sur produjo para muchos exiliados paraguayos nuevos episodios de persecución política en el país de residencia y como consecuencia un nuevo desplazamiento, principalmente hacia Europa y Estados Unidos.
Exilio
Exilio de dirigentes políticos
Durante el año 1981 habían sido expulsados del país el combativo dirigente de la Democracia Cristiana Lic. Luis Alfonso Resck, el escritor paraguayo Augusto Roa Bastos y el dirigente del PLRA Hermes Rafael Saguier. El 14 de diciembre de 1982 fue expulsado el dirigente del Partido Liberal Radical Auténtico (PLRA), que no se encontraba reconocido legalmente por el Gobierno Stronista. Laíno había escrito un libro titulado El General Comerciante, en referencia al dictado nicaragüense Anastasio Somoza. Todos los ejemplares del libro fueron secuestrados por la Policía y el dirigente liberal fue expulsado a la Argentina. Fueron detenidos además Enrique Velilla, propietario de la imprenta en que se imprimieron los libros, entre otros dirigentes liberales que fueron acusados de formular pintatas a favor del regreso del Dr. Laíno. Los domicilios de dos importantes dirigentes del PLRA fueron allanados, el del Dr. Juan Manuel Benítez Florentín y el Dr. Miguel Abdón Saguier, quienes estuvieron demorados por 24 horas en dependencias policiales.

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