Niñas, niños y adolescentes
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Los niños y niñas también fueron víctimas de las torturas físicas y psicológicas. »Más
Los niños y niñas mencionan haber sido obligados a realizar tareas contra su voluntad para servir a los represores o como forma de castigo dentro de los centros de reclusión. »Más
La violencia del régimen stronista contra los movimientos organizados era expansiva, se ejercía violencia contra los dirigentes y contra su entorno o a su familia. »Más
En las violaciones de los derechos humanos de los niños, niñas y adolescentes se evidenciaron también diferencias sociales en el trato. »Más
La utilización de niñas y niños como “criados/as” es una forma moderna de esclavitud. »Más
Una práctica utilizada por agentes del Estado cercanos al gobierno de la dictadura era la esclavitud sexual de niñas entre 7 y 15 años, generalmente del interior del país. »Más
Una generación lastimada
La violencia política
La violencia política ejercida contra los niños, niñas y adolescentes durante la dictadura de Stroessner se tradujo en la falta de garantías legales de protección y de cómo fueron violados sus derechos. Hoy ya son personas adultas que viven con las secuelas de los momentos de represión. Los niños y niñas también fueron víctimas de las torturas físicas y psicológicas que sufrieron las personas adultas, incluyendo los dolores extremos de la asfixia por inmersión en agua (pileteada) y la electricidad, la violación sexual por una o varias personas y otras situaciones, como las detenciones arbitrarias, los sitios militares a las comunidades y el exilio. También se pudo registrar la ejecución extrajudicial en niños y niñas víctimas de tortura o por falta de atención médica. Los niños y niñas debido a su vulnerabilidad física y emocional dependen directamente de los padres y la comunidad, e indirectamente de las estructuras de poder político y económico, para su bienestar. En la época de la dictadura fueron violentados sus derechos humanos sin que tuvieran la posibilidad de defenderse o esconderse.
Duros años para la infancia
Los años más duros para la infancia fueron 1976 y 1980, época en que existió mayor cantidad de episodios según los testimonios; esto se debe a que en esos años sitiaron a comunidades enteras donde se practicó violencia directa contra los niños, niñas y adolescentes. En 1976 y 1980 existieron hechos de tortura física, que van desde golpes de puño a asfixia por inmersión (pileteadas), torturas psicológicas, como humillaciones, amenazas de muerte a los padres, presenciar la detención o tortura de los padres y hechos de violencia sexual como manoseo o violación. Aunque no fueron tan comunes, los niños y niñas fueron víctimas del paso de electricidad en el cuerpo. El 6,6% tuvieron que padecer descargas eléctricas en cualquier parte del cuerpo. Los niños y niñas mencionan haber sido obligados a realizar tareas contra su voluntad para servir a los represores o como forma de castigo dentro de los centros de reclusión, el 8,3% de los niños y niñas tuvieron que realizar trabajos forzadamente de diferente índole. En el año 1976 se encuentra el 28,1% de los casos de violencia contra los niños, niñas y adolescentes y en el año 1980 se encuentra el 21%, totalizando 49,1% de los casos de violencia política contra la infancia en la época de la dictadura.
Sufrimiento por la violencia aplicada a sus familias
La violencia del régimen stronista contra los movimientos organizados era expansiva, se ejercía violencia contra los dirigentes y contra su entorno o a su familia y a su comunidad. Sitiar a comunidades que practicaban la experiencia de las Ligas Agrarias se explicaba en la hipótesis que manejaba el sistema represivo que estas comunidades colaboraban con los grupos armados y por lo tanto había que controlarlas con la policía y el ejército. En estos sitios a las comunidades se cometían actos de violación de los derechos humanos de los pobladores, lo que incluía a los niños, niñas y adolescentes que también sufrían las consecuencias de la violencia política directa e indirectamente. La violencia estatal contra los niños, niñas y adolescentes no se debió a un hecho fortuito o al azar de la situación, sino se debió a la direccionalidad de las agresiones del aparato represivo a sectores de la sociedad que, según el gobierno, estaban en contra del orden y el bien público. Los padres de los niños y niñas, así como los adolescentes que pertenecían a alguna organización política, gremial u organización campesina o civil sufrieron la persecución y represión policial y/o militar; en las situaciones en que los padres eran violentados, los niños también eran agredidos.
Diferencias sociales en el trato
En las violaciones de los derechos humanos de los niños, niñas y adolescentes se evidenciaron también diferencias sociales en el trato. En el marco de las diferentes formas de accionar de las fuerzas represivas y las violaciones de los derechos humanos de niños, niñas y adolescentes, se evidenciaron también las diferencias sociales en el trato, puesto que no fue el mismo procedimiento en las diferentes etapas de la dictadura como tampoco era la misma según el tipo de víctima.
Entrega a terceros con fines de esclavitud "el criadazgo"
La utilización de niñas y niños como “criados/as” es una forma moderna de esclavitud. Esta práctica era y es común en Paraguay y muchos agentes del Estado utilizaron a los niños y niñas como criaditos para servicios domésticos, violando así varios derechos de la niñez, como el derecho a la familia, a la libertad, a la integridad personal, a la educación, entre otros. La institución de las ‘criaditas’ tiene larga data en el Paraguay y se estiman unas 40.000 ‘criaditas’ entre los 6 y 12 años, de las cuales 12.000, en Asunción.
Niñas esclavas sexuales
Una práctica utilizada por agentes del Estado cercanos al gobierno de la dictadura era la esclavitud sexual de niñas entre 7 a 15 años, generalmente del interior del país. Militares de alto rango engañaban a las familias para que entregaran a las niñas o directamente las amenazaban, mantenían recluidas a las niñas y abusaban de ellas. También existió gente vinculada al poder que actuaban como cazadores de niñas, las traían y las vendían o las cambiaban por un puesto público. En otros casos las niñas eran obligadas a realizar todas las tareas domésticas dentro del lugar de reclusión y sistemáticamente eran violadas sexualmente. Esta situación era de servidumbre, sometimiento y esclavitud sexual. La CVJ sí tiene la certeza de que esta práctica fue perpetrada de manera más generalizada en otros lugares y en distintas épocas de la dictadura. Esto demuestra que la violencia sexual fue ejercida de muy diversas maneras y que afectó sobre todo a niñas y adolescentes, lo que permite concluir que fue una práctica sistemática en el Paraguay, lo que permitiría concluir que fue un crimen de lesa humanidad.
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Una generación lastimada
La violencia política
Duros años para la infancia
Sufrimiento por la violencia aplicada a sus familias
Diferencias sociales en el trato
Entrega a terceros con fines de esclavitud "el criadazgo"
Niñas esclavas sexuales
Niñas, niños y adolescentes
Una generación lastimada
Niñas, niños y adolescentes
La violencia política
La violencia política ejercida contra los niños, niñas y adolescentes durante la dictadura de Stroessner se tradujo en la falta de garantías legales de protección y de cómo fueron violados sus derechos. Hoy ya son personas adultas que viven con las secuelas de los momentos de represión. Los niños y niñas también fueron víctimas de las torturas físicas y psicológicas que sufrieron las personas adultas, incluyendo los dolores extremos de la asfixia por inmersión en agua (pileteada) y la electricidad, la violación sexual por una o varias personas y otras situaciones, como las detenciones arbitrarias, los sitios militares a las comunidades y el exilio. También se pudo registrar la ejecución extrajudicial en niños y niñas víctimas de tortura o por falta de atención médica. Los niños y niñas debido a su vulnerabilidad física y emocional dependen directamente de los padres y la comunidad, e indirectamente de las estructuras de poder político y económico, para su bienestar. En la época de la dictadura fueron violentados sus derechos humanos sin que tuvieran la posibilidad de defenderse o esconderse.
Niñas, niños y adolescentes
Duros años para la infancia
Los años más duros para la infancia fueron 1976 y 1980, época en que existió mayor cantidad de episodios según los testimonios; esto se debe a que en esos años sitiaron a comunidades enteras donde se practicó violencia directa contra los niños, niñas y adolescentes. En 1976 y 1980 existieron hechos de tortura física, que van desde golpes de puño a asfixia por inmersión (pileteadas), torturas psicológicas, como humillaciones, amenazas de muerte a los padres, presenciar la detención o tortura de los padres y hechos de violencia sexual como manoseo o violación. Aunque no fueron tan comunes, los niños y niñas fueron víctimas del paso de electricidad en el cuerpo. El 6,6% tuvieron que padecer descargas eléctricas en cualquier parte del cuerpo. Los niños y niñas mencionan haber sido obligados a realizar tareas contra su voluntad para servir a los represores o como forma de castigo dentro de los centros de reclusión, el 8,3% de los niños y niñas tuvieron que realizar trabajos forzadamente de diferente índole. En el año 1976 se encuentra el 28,1% de los casos de violencia contra los niños, niñas y adolescentes y en el año 1980 se encuentra el 21%, totalizando 49,1% de los casos de violencia política contra la infancia en la época de la dictadura.
Niñas, niños y adolescentes
Sufrimiento por la violencia aplicada a sus familias
La violencia del régimen stronista contra los movimientos organizados era expansiva, se ejercía violencia contra los dirigentes y contra su entorno o a su familia y a su comunidad. Sitiar a comunidades que practicaban la experiencia de las Ligas Agrarias se explicaba en la hipótesis que manejaba el sistema represivo que estas comunidades colaboraban con los grupos armados y por lo tanto había que controlarlas con la policía y el ejército. En estos sitios a las comunidades se cometían actos de violación de los derechos humanos de los pobladores, lo que incluía a los niños, niñas y adolescentes que también sufrían las consecuencias de la violencia política directa e indirectamente. La violencia estatal contra los niños, niñas y adolescentes no se debió a un hecho fortuito o al azar de la situación, sino se debió a la direccionalidad de las agresiones del aparato represivo a sectores de la sociedad que, según el gobierno, estaban en contra del orden y el bien público. Los padres de los niños y niñas, así como los adolescentes que pertenecían a alguna organización política, gremial u organización campesina o civil sufrieron la persecución y represión policial y/o militar; en las situaciones en que los padres eran violentados, los niños también eran agredidos.
Niñas, niños y adolescentes
Diferencias sociales en el trato
En las violaciones de los derechos humanos de los niños, niñas y adolescentes se evidenciaron también diferencias sociales en el trato. En el marco de las diferentes formas de accionar de las fuerzas represivas y las violaciones de los derechos humanos de niños, niñas y adolescentes, se evidenciaron también las diferencias sociales en el trato, puesto que no fue el mismo procedimiento en las diferentes etapas de la dictadura como tampoco era la misma según el tipo de víctima.
Niñas, niños y adolescentes
Entrega a terceros con fines de esclavitud "el criadazgo"
La utilización de niñas y niños como “criados/as” es una forma moderna de esclavitud. Esta práctica era y es común en Paraguay y muchos agentes del Estado utilizaron a los niños y niñas como criaditos para servicios domésticos, violando así varios derechos de la niñez, como el derecho a la familia, a la libertad, a la integridad personal, a la educación, entre otros. La institución de las ‘criaditas’ tiene larga data en el Paraguay y se estiman unas 40.000 ‘criaditas’ entre los 6 y 12 años, de las cuales 12.000, en Asunción.
Niñas, niños y adolescentes
Niñas esclavas sexuales
Una práctica utilizada por agentes del Estado cercanos al gobierno de la dictadura era la esclavitud sexual de niñas entre 7 a 15 años, generalmente del interior del país. Militares de alto rango engañaban a las familias para que entregaran a las niñas o directamente las amenazaban, mantenían recluidas a las niñas y abusaban de ellas. También existió gente vinculada al poder que actuaban como cazadores de niñas, las traían y las vendían o las cambiaban por un puesto público. En otros casos las niñas eran obligadas a realizar todas las tareas domésticas dentro del lugar de reclusión y sistemáticamente eran violadas sexualmente. Esta situación era de servidumbre, sometimiento y esclavitud sexual. La CVJ sí tiene la certeza de que esta práctica fue perpetrada de manera más generalizada en otros lugares y en distintas épocas de la dictadura. Esto demuestra que la violencia sexual fue ejercida de muy diversas maneras y que afectó sobre todo a niñas y adolescentes, lo que permite concluir que fue una práctica sistemática en el Paraguay, lo que permitiría concluir que fue un crimen de lesa humanidad.

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