Justicia e impunidad
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Pese a los cambios realizados y a los esfuerzos por constituir un Estado de Derecho, la realidad indica que Paraguay dista mucho aún de serlo en forma plena. »Más
Desde la vigencia del nuevo Código Penal (1997) no se realizó ningún juicio por tortura y ninguna condena judicial se registró por tal delito. »Más
El hecho más grave de abusos y delitos contra menores, se da en los cuarteles, donde existen más de cien casos de “niños soldados” muertos y desaparecidos. »Más
Justicia e impunidad
El continuismo
Pese a los cambios realizados y a los esfuerzos por constituir un Estado de Derecho, la realidad indica que Paraguay dista mucho aún de serlo en forma plena. Perviven los vicios de la dictadura y se repiten en el esquema político democrático, ya que muchas instituciones, y principalmente las que tienen que ver con la justicia, el derecho, la seguridad y las garantías ciudadanas, habían sido maquilladas democráticamente pero mantuvieron el sistema totalitario en el que se había formado la mayoría de sus integrantes. Los informes de prensa y las encuestas demostraron que la ciudadanía se consideraba aún desamparada, no confiando en la Justicia, en las fuerzas de seguridad, a las que veían más asociadas con el delito que con su persecución, y existen denuncias a lo largo de estos años de jueces, fiscales, militares y policías involucrados en delitos, en actos de corrupción y en abuso de autoridad (hay casos de tortura en las comisarías y en los cuarteles).
Vigencia de la tortura
El mismo nivel de impunidad se da con las denuncias sobre torturas; pese a la frecuencia con que se producen y a la gravedad de los casos: no hay procesos ni sanciones contra los acusados de torturadores ni una acción decidida del Estado para terminar con esta permanente violación de los derechos humanos. Hay que tener en cuenta que desde la vigencia del nuevo Código Penal (1997) no se realizó ningún juicio por tortura y ninguna condena judicial se registró por tal delito, pese a las frecuentes denuncias públicas en la prensa y de las organizaciones de derechos humanos. Ni siquiera exista un registro oficial de casos de tortura, lo que equivale a considerar que oficialmente no existe este delito en el Paraguay.
Niños soldados
El hecho más grave de abusos y delitos contra menores, se da en los cuarteles, donde existen más de cien casos de “niños soldados” muertos y desaparecidos. Las denuncias públicas y la intervención de legisladores y activistas de derechos humanos en los cuarteles han logrado que se estén aplicando controles para evitar la incorporación de menores al ejército, que era una práctica habitual durante la dictadura que había generado el hábito en los sectores más carenciados de enviar a los hijos al cuartel, como una forma de garantizarles su manutención y su “instrucción”.
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Justicia e impunidad
El continuismo
Vigencia de la tortura
Niños soldados
Justicia e impunidad
Justicia e impunidad
Justicia e impunidad
El continuismo
Pese a los cambios realizados y a los esfuerzos por constituir un Estado de Derecho, la realidad indica que Paraguay dista mucho aún de serlo en forma plena. Perviven los vicios de la dictadura y se repiten en el esquema político democrático, ya que muchas instituciones, y principalmente las que tienen que ver con la justicia, el derecho, la seguridad y las garantías ciudadanas, habían sido maquilladas democráticamente pero mantuvieron el sistema totalitario en el que se había formado la mayoría de sus integrantes. Los informes de prensa y las encuestas demostraron que la ciudadanía se consideraba aún desamparada, no confiando en la Justicia, en las fuerzas de seguridad, a las que veían más asociadas con el delito que con su persecución, y existen denuncias a lo largo de estos años de jueces, fiscales, militares y policías involucrados en delitos, en actos de corrupción y en abuso de autoridad (hay casos de tortura en las comisarías y en los cuarteles).
Justicia e impunidad
Vigencia de la tortura
El mismo nivel de impunidad se da con las denuncias sobre torturas; pese a la frecuencia con que se producen y a la gravedad de los casos: no hay procesos ni sanciones contra los acusados de torturadores ni una acción decidida del Estado para terminar con esta permanente violación de los derechos humanos. Hay que tener en cuenta que desde la vigencia del nuevo Código Penal (1997) no se realizó ningún juicio por tortura y ninguna condena judicial se registró por tal delito, pese a las frecuentes denuncias públicas en la prensa y de las organizaciones de derechos humanos. Ni siquiera exista un registro oficial de casos de tortura, lo que equivale a considerar que oficialmente no existe este delito en el Paraguay.
Justicia e impunidad
Niños soldados
El hecho más grave de abusos y delitos contra menores, se da en los cuarteles, donde existen más de cien casos de “niños soldados” muertos y desaparecidos. Las denuncias públicas y la intervención de legisladores y activistas de derechos humanos en los cuarteles han logrado que se estén aplicando controles para evitar la incorporación de menores al ejército, que era una práctica habitual durante la dictadura que había generado el hábito en los sectores más carenciados de enviar a los hijos al cuartel, como una forma de garantizarles su manutención y su “instrucción”.

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